Distribución de la energía
El
espectro de un cuerpo negro, que representa la cantidad de luz emitida en cada
longitud de onda, depende enteramente de su temperatura.
Todo
emite radiación electromagnética (EM). El sol lo hace, las luces encendidas
incandescentes y nosotros también. (Ponte cerca de un atleta que ha estado
entrenando durante una hora. Podrás sentir la radiación electromagnética
(calor) que emite el atleta) Los edificios también. (Colócate al lado de la
pared oeste de un edificio justo después del atardecer. Podrás sentir su
radiación.) Cualquier cosa a una temperatura superior a su entorno emite
radiación. La cantidad de energía liberada en la forma de radiación, radiación
neta, depende de la temperatura del objeto en Kelvin y su tamaño en m2.
Como descubrirás, la longitud de onda de la radiación electromagnética está
relacionada con la temperatura.
Nota: ¡Cualquier cuerpo a cualquier temperatura
emite radiación incluso cuando está más frío que su entorno!
El calor se intercambia de un cuerpo más frío a uno más caliente y viceversa hasta que hay un equilibrio.
Medir la intensidad de la radiación que
corresponde a diferentes longitudes de onda
Calentar
un cuerpo a diferentes temperaturas crea una serie de curvas.
Los
resultados del experimento están mostrados gráficamente y se ven en
Cada
curva representa la variación de emisión monocromática con la longitud de onda λ.
Podemos
observar que a cuanta más temperatura esté el cuerpo negro, más energía se emitirá
en cada rango de longitud de ondas. El cuerpo negro se vuelve “más brillante”.
Además, la radiación emitida a la intensidad más alta, representada por el pico
del espectro, no entra en la región visible a menos que la temperatura sea muy
alta.